martes, enero 21

De paredes que sangran y ladran

Tumbarse en la cama,
reencontrarse con las palabras
y el olor. Ese olor.
El de las cosas buenas.
Y al principio
la piedra,
y luego las lágrimas.
Si escribo desde el borrador
de una pantalla
es porque el folio
sangra.
Miedo, desconfianza,
desconocernos y
odiarnos
por ello.
El grito. Ese grito. El mismo.
Por los arañazos sin nombre
de las paredes
ladran perros
y huyen gatos.
A la mierda conmigo.
Y de mí sin ti bajo las mantas.
Y a la mierda desde el grito,
con todos los que os estáis
dejando morir
detrás de una caja
que emite luz y sonido.
Dame una calada, 
que soy esto,
y no otra.
Que soy. 
Joder. 
Que somos.

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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.