miércoles, febrero 26

Panza arriba, panza abajo

La chica del segundo B siempre baja la persiana con prisa,
suele ser de madrugada, cuando da por supuesto
que está toda la ciudad dormida.
Juraría que no se descalza
de altitudes hasta que no se mete en la cama.
Allí la imagino idealizando a su familia,
descuidada.
desligada de toda realidad mundana.
El marido perfecto, en su concepto más aburrido y grotesco,
esperando su cena de lomo con queso,
entre cabreado e inquieto,
quejándose una y otra vez de un tal Luis de San Miguel.
A un niño con pecas le cuelgan los mocos,
juega a correr escalera abajo
con los cordones desatados,
el pelo alborotado y la risa fácil.
La niña rubia con coletas goza mientras su mamá le peina.
Dos gatos, tres perros, una tortuga y un suricato.
Después de tanto imaginar, resulta que con eso ha soñado.
Más animal es su mundo idealizado,
y vibra mi cuarto cuando por fin se queda dormida y juega a acariciarle la panza a gato.
Espasmo felino, nostalgia de vino.  

martes, febrero 25

Por el camino yo me sostengo

Recuerdos de etiquetas
de café
en sobres,
esperando
por ver si nos llovían
billetes
para poder coger aviones. 
Ahora sabemos
que tenemos dos 
piernas
libres
que
vuelan,
y que la frontera
y el peaje
se cobran
y libran
en nuestra propia 
mente.
Así haga frío
y nos paren
manos que se visten
de uniforme,
para palpar
nuestros escasos bienes,
quitárnoslos,
y
Fumárselos
Todos
Ellos.

jueves, febrero 20

Talento suicida

Te despiertas y muerdes,
claro que muerdes,
solo una frase.
un montón de palabras
inconexas.
Acabas vomitándolas todas
sobre el café que se amarga
sobre la mesa.
Cometes el error
de 
tras él
en la huida.
Sabiendo que no mirarás por dentro,
reconociendo que te perderás por fuera.
Te lías un cigarro,
y otro.
Todos los libros te miran mal.
Los abres,
metáfora
atragantada
desde la primera vocal
que se suicida.
y te lleva al talento
de algo que acaba
en
tigo,
y que soy incapaz de conjugar.
No tardas ni medio segundo
en hacerte otro cigarro,
mientras se llena la bañera
de algo que no es agua
y se moja sola,
con la firme desesperanza
de ahogar todos los olores
en jabón.
De oler a algo que no sea yo.
De ser capaz de escribir sobre otra.

miércoles, febrero 19

Lo mismo te muerden las palabras

Aniquiladora debo de ser,
 por escuchar música
que es pólvora
para mis sentidos,
leer poesía
debajo
de la cama
Escondida.
soñar 
que aún somos
niños para repetir
cada juego idiota,
sin importar quien
sale vencedor
ni de quien es la derrota.
La risa del capaz
o
incapaz
siempre me ha sabido
mejor en otras bocas.

martes, febrero 18

No olvides tirar los papeles a la papelera. Gracias

La señora Polar
llora sus penas,
de anciana
medio sorda
medio ciega.
Sobre la mecedora
cruje mi espalda
como la madera,
de todo lo que se duele,
y soy cadera
sutil que
se balancea.
Como el tic tac
tras el telón,
que es condición de tiempo
y destrucción.
A todo esto no puedo
evitar preguntarme
si has amanecido hoy,
por eso de hacer un poema
con café derramada
sobre las sábanas,
que serían cerveza 
de lunes precipitado.
casi
casi
sueño contigo
sin estar a tu lado.
Mis palabras son una fiesta
de
bocas
que se tropiezan
y no se han
besado.
y
casi
casi
derramo todos los
líquidos
por el lavabo.

lunes, febrero 17

Febrero el loco. Como decía mi padre

Febrero
fue una larga
lista de reproducción,
mucho más musical
que otro invierno
en su suma.
Se lleno de poesía
entre diálogos
de película,
sin ser
ensayistas,
y sin tener escrito ningún guion.
Estos están para romperlos todos.
Nos gritó
que el tiempo
no existe,
que es la más burda
invención.

jueves, febrero 13

carretera y mantras.


He sido
y soy
todos los ciclos
de inoportuno
frío,
de osado calor.
Del atrevimiento 
fatal de invocar
todo lo que creo,
tan fuerte,
que casi lo hice
matar.
No hay sueños
con las manos
bajo la almohada
apretando
el puño,
ni invitación
a un baile
cuando los pájaros
sobre la cabecera
de mi cama
me vuelven
a mirar,
aleteando
que si he de ser
algo,
sea con los ojos abiertos,
y los sueños sobre el asfalto.

miércoles, febrero 12

Soñar. Dormir. Viceversa

Para cuando venga a verme
 Morfeo
estaré
a un sueño
de romper con mis ideales
y luchar por 
mis vuelos. 

martes, febrero 11

Febrero. Poema roto

Lo supe sin querer,
el día que cerraste
esa puerta
por segunda vez,
llevándote contigo
todos los poemas
rotos que no eran míos.
Entre los que me perdí
y fui humo
durante
365 días
sin sol,
525.600 minutos
de insomnio.
Voy a echarle
la culpa a febrero
de todos mis destrozos,
por ser el invierno
más frío
y más corto.
Seré la palabra éxtasis
en el grito,
cuando llueve
y nos mojamos.
Mientras nos cubrimos
de una nostalgia 
que no nos pertenece,
y vamos desconociéndonos
por dentro,
sin prisa,
para poder volver
a conocernos.

lunes, febrero 10

Acción. Reacción. Contradicción

Yo también finjo
la risa
y estar preparada.
Me creo el insomnio,
y a menudo
me muevo por desgana.
He besado
a control remoto,
embriagada,
con ganas.
Me he perdido
mentalmente
en varios
garitos de Madrid,
mientras el mar del mediterráneo
ne llenaba de sal
las promesas
que no cumpliré jamás.
Me he visto
despojo en piel
y me he desvestido
muchas veces
de ropas.
De alma muy pocas.
La desnudez me aterra
y soy transparencia.
Creo en la contradicción,
en que atraemos lo opuesto
y a mordiscos
lo sometemos.
Canibalismo.
No he cometido mayor asesinato
que el de creerme un ser inferior,
y no saber nunca como plantarle
cara a la injusticia,
de manos que sangran,
de ojos que no miran.

sábado, febrero 8

Donde se parte la risa

Entre
cables
y humo.
Lavados de estómago
y cerebro.
Expandir
latidos.
Celebrar fechas.
Café con leche
a un euro treinta
en la esquina
que hace risa
con la torpeza.
Sentir la palabra y poseerla.
Gata se echa una siesta,
y la palmera
parece despegarse
de la tierra.

viernes, febrero 7

Piedra. Papel. O cabeza

Febrero se nos partió
en mil Agostos.
Fuimos despacio
pero
dando tumbos,
siguiendo un ritmo
descompasado.
Corazón.
Un movimiento de cabeza
que suena a metal oxidado.
Tú siempre tan frío
y tan corto,
por mucho que yo frote mis manos. 

miércoles, febrero 5

náusea fresca, náusea en polvo

La nevera es el reflejo 
de una mente
desastre.
Una mezcla de verduras
y fruta podrida.
Natillas de chocolate
compitiendo
con lácteos 
a punto de caducar.
Queso en polvo,
fresco,
ya cortado.
El pavo me mira triste,
esta noche no vas a cenar.

martes, febrero 4

24 inviernos, 24 primaveras rotas.

Voy a abrir la ventana,
he invitado a febrero
a colarse por mis inviernos.
Nos esconderemos bajo la manta,
jugaremos a estar enteros.

lunes, febrero 3

Cocida en azúcar

No soy tan fuerte como aparento,
ni tan fría
en este invierno.
Aunque me encantaría.
He vuelto a hacerlo,
sí,
lo de untar mermelada en
mis costillas.
Malditas,
y  no se endulzan. 
Tengo un nudo
bien anudado
de inmasticables
sentimientos,
y de nada me sirve
ser poesía
cuando el
valium me mira desde la mesita,
le pego otra calada al fracaso
y me lo trago.
Nacemos locos,
puros,
y blandos.
Involucionamos en una cordura
de mierda,
y creyéndonos fuertes
nos debilitamos. 
Destructivos
nos creamos,
Destruímos.
Creamos.
Dejamos de creer.
Creemos
en el eje torcido,
y la palabra que es 
vómito.