Febrero
fue una larga
lista de reproducción,
mucho más musical
que otro invierno
en su suma.
Se lleno de poesía
entre diálogos
de película,
sin ser
ensayistas,
y sin tener escrito ningún guion.
Estos están para romperlos todos.
Nos gritó
que el tiempo
no existe,
que es la más burda
invención.
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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.