martes, julio 29

contrapunto G

Te he inventado,
ahora lo sé,
eres la mujer chicle
que sólo
masticas una vez.
Sabes a mojito,
hueles a hierba
cada vez más seca.
Y es que aún no te has dado cuenta
de que no floreces porque no me has visto llover.
Ya no recuerdo el mes
en el que me suicidé
junto a tu boca contra el Wc,
curioso no recordar aquello
y no desligarme
del olor a café,
de mi
bebiendo una rubia
sin saber que de reojo
te estaba bebiendo a ti.
Te quité las bragas una vez,
torpe y rápida,
desde entonces 
la poesía
es más 
descuido que placer.

martes, julio 15

el origen del uniVerso

Fuimos capaz
de creer
que el universo
era indivisible,
más allá
del big bang
en kilómetros
que se cortan
por las puntas,
con el deposito
lleno de ganas
de hacer de la distancia
una filosofía.
Fui capaz de aprender a callar,
de juntar en mi mesita de noche
todo lo malo
y regalártelo,
con mi cobardía por bandera
por si querías salir corriendo
pronto.

miércoles, julio 9

coma poético

anestesia en los
sentidos,
apuntes sin futuro.
Después de tantas
vueltas de cabeza
en espiral,
simplifico mi existencia
escondida
en una falsa
misantropía.
Tengo sed de algo que no es
agua,
tampoco es Vida.
Todo o nada,
le dije con una
sonrisa en la cara,
pero se quedó con su
musa tejiendo
telas de araña.


viernes, julio 4

ahora que tengo fríos los pies

que yo amé tu risa
sin pensar en todo
lo que se escondía
detrás.
y mira que a veces
se asomaba
entre tus pies y los míos
jugando debajo de la sábana.
No estamos preparados para amar,
pero joder,
ámame con todo lo que soy,
Sí,
hasta que se te ensanche el alma
y a mi me venga a ver
de una vez por todas
la paz.
Que sin ti y contigo la guerra,
y eso que sólo pensaba
en hacerte el amor,
sin pausa,
sin prisa,
sin hipoteca.

jueves, julio 3

condiciones, libertades

no sé cómo se puede
mostrar tanta verdad con los ojos,
y vivir en una mentira.
Cuerdas y payasos,
golpes
que no son suficiente caída.
He metido toda la poesía
en cajas de zapatos cubiertas
de moho
de tanto lloverme,
de las ganas de verme, 
y no.
De esa habilidad tan mía
de automutilación sensitiva,
del innato talento
tuyo como malabarista
de tu propia encanto.
Pudimos sonreírnos,
salvarnos,
y nos hemos condenado.