Aniquiladora debo de ser,
por escuchar música
que es pólvora
para mis sentidos,
leer poesía
debajo
de la cama
Escondida.
soñar
que aún somos
niños para repetir
cada juego idiota,
sin importar quien
sale vencedor
ni de quien es la derrota.
La risa del capaz
o
incapaz
siempre me ha sabido
mejor en otras bocas.
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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.