lunes, febrero 3

Cocida en azúcar

No soy tan fuerte como aparento,
ni tan fría
en este invierno.
Aunque me encantaría.
He vuelto a hacerlo,
sí,
lo de untar mermelada en
mis costillas.
Malditas,
y  no se endulzan. 
Tengo un nudo
bien anudado
de inmasticables
sentimientos,
y de nada me sirve
ser poesía
cuando el
valium me mira desde la mesita,
le pego otra calada al fracaso
y me lo trago.
Nacemos locos,
puros,
y blandos.
Involucionamos en una cordura
de mierda,
y creyéndonos fuertes
nos debilitamos. 
Destructivos
nos creamos,
Destruímos.
Creamos.
Dejamos de creer.
Creemos
en el eje torcido,
y la palabra que es 
vómito.

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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.