miércoles, febrero 26

Panza arriba, panza abajo

La chica del segundo B siempre baja la persiana con prisa,
suele ser de madrugada, cuando da por supuesto
que está toda la ciudad dormida.
Juraría que no se descalza
de altitudes hasta que no se mete en la cama.
Allí la imagino idealizando a su familia,
descuidada.
desligada de toda realidad mundana.
El marido perfecto, en su concepto más aburrido y grotesco,
esperando su cena de lomo con queso,
entre cabreado e inquieto,
quejándose una y otra vez de un tal Luis de San Miguel.
A un niño con pecas le cuelgan los mocos,
juega a correr escalera abajo
con los cordones desatados,
el pelo alborotado y la risa fácil.
La niña rubia con coletas goza mientras su mamá le peina.
Dos gatos, tres perros, una tortuga y un suricato.
Después de tanto imaginar, resulta que con eso ha soñado.
Más animal es su mundo idealizado,
y vibra mi cuarto cuando por fin se queda dormida y juega a acariciarle la panza a gato.
Espasmo felino, nostalgia de vino.  

2 comentarios:

Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.