sábado, marzo 1

se supone ingrávida

A ratos algo tiembla,
y son mis pies
sobre el suelo pegajoso.
Voy y barro el caos
de todas las noches,
echo un cubo de agua
y sigo flotando sobre el desastre.
Otro trago a la ingravidez,
otra calada pesada.
Poesía suicida
que no se ha lavado la cara,
con el mismo interrogante
en la frente.
esos dos malditos hoyos dubitativos,
que miran de espaldas,
que se dan de ostias
con el culo al aire.

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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.