jueves, marzo 20

extramuros de moca

Todos los café que habíamos derramado
tertulia arriba,
yo era la niña de la risa
y tú me seguías
a todas partes.
con tus ojos verdes  de escaparate,
soplándole a mi nuca
que el tiempo no existía,
que tú y yo íbamos a tener siempre
diecisiete.
Ahora quedo con metáforas
absurdas
a las seis y media
en cualquier café
y me abro el pulmón
con todo lo que fumo,
mientras veo
tras los cristales
las risas de los niños
que sueñan con dormir algún día en los portales.

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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.