Aunque vuelva siempre a casa
con la misma sensación de nada,
y el recuerdo
de aquella falsa calma
en nuestra cama.
Que no es mentira lo que se vive,
que se vive en el momento,
así sea a tropezones
de vómito.
y la mitad invento
de un corazón,
que se debate
entre ser el cerebro
o el mismo
en un mundo de cuerdos.
Aunque,
sucede que estoy viviendo.
El corazón... en un mundo de cuerdos...
ResponderEliminarA veces, Astro, pienso que hemos dejado demasiada cancha al cerebro y le ha ido comiendo terreno al corazón y así... estamos... así estoy.
Un abrazo enorme.