jueves, diciembre 26

Tu olvido y mi despiste

Y hoy pensaras que yo estaba siempre
tan cerca y tan ausente,
tan cerrada y con los ojos tan abiertos.
Velabas por mis sueños,
te tumbabas sobre mí
para apaciguar cada espasmo,
para calmar cada contratiempo.
Vi la vida y sentí la muerte,
y todo al mismo tiempo.
Tú mi compañera de viaje,
las patas de mi cama.
Quisiera haber sido un yo totalmente
fuera de mí para ti,
haber roto con el cristal antes
y no ahora.
Y es que ya es tarde y no encuentro forma lógica
de retrasar todos nuestros relojes y
viajar en esa máquina del tiempo,
de retroceder y anular mi poder
de autodestrucción,
mi yo como arma de destrucción masiva,
tu olvido,
mi despiste.
En fin, en parte me equivoqué,
en parte lo circunstancial,
y hoy no hay forma de darle un nuevo comienzo a ese final
o acariciarlo un poco,
y que no duelas más.

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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.