jueves, enero 9

De otras aves y polillas

De no saber
cómo explicar
que tengo el estómago
como una polilla
y no se infla
sin maría.
De no saber cómo decirle
que yo soy más feliz
cuando ella
viene
con sus alas de ave
de paso,
dándole
 un aleteo
en todo el corazón 
agrietado
a mis polillas
que vuelan bajo.

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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.