Mi padre siempre decía
que las
mentiras
tenían las patas
muy cortas,
y yo miraba
mis piernas
de niña
pensando que si dejaba
crecer mis uñas,
jamás me mentirían.
Luego comprendí que eso de las metáforas
es como pedirle a Noviembre
un abrazo.
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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.