Hay cosas que ya hago por inercia, cómo
cerrar la puerta de mi habitación, abrir un libro escogiendo al azar
una página, pensar en ti en el metro, desbloquear el móvil, e
incluso, salir a comprar.
Al azar lo único que he sido capaz de
dejar es lo incierto que hay en tu cabeza, el choque circunstancial
de dos vidas que se juntan sin mezclar, se vierte el aceite luego de
resbalar,
y vivo el tiempo a veces como cuchillo,
otras como escudo pero sin olvidar la espada.
Te he dado tantas veces la espalda
queriéndo besar tu cara, que ahora se me hace nudo marcar tu número para
decirte qué, sencillamente, quiero escapar y descubrir la libertad que
hay en tu mente. Equivocarme, joder, equivocarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.