jueves, junio 12

Al norte de mi basura

Tu hemisferio sur no se lleva bien con mi norte,
yo nunca paro para
contar hasta tres
con el semáforo en verde,
y no tengo más obligación
que la de arrastrar este cuerpo
por el asfalto
de ciudades grises.
Hace una primavera
soñaba con nuestro invierno,
pero dejaste de llamarme
poesía
el primer enero,
en mayo me rajé
 la piel de basura
hasta llegar al pecho
y fundir corazón con tripas.
Ya no recuerdo el camino de vuelta,
ni siquiera sé dónde.
Que es mi hogar sino la espalda
que llevo a cuestas
veinticuatro calendarios
sin primaveras.

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Pasé por un cuaderno y me quedé a vivir.